Todos algunas veces hemos sido engañado,
o quizás en varias ocasiones, pues de toda manera casi nadie se puede escapar de tal
flagelo. Pero lo peor de todo es
la secuela que deja ser víctima del engaño. Hoy deseo compartir los rasgos característicos
del engañador. A pesar de que existen mecanismos y técnicas modernas para
detectar y corregir muchas situaciones en la vida, todavía no se ha creado un
instrumento que nos prevenga totalmente del engaño.
Dentro de los rasgos característicos
que posee una persona hábil en el engaño están los siguientes: siempre el que engaña
suele ser muy amistoso para atrapar su víctima,
se muestra cooperativo al principio
hasta que obtiene lo que busca, cuando te habla evita mirarte
a los ojos, muestra simpatía con tus
preferencias y juega un papel formidable como actor de cine, analiza
tus emociones, sentimientos y hasta tu accionar
y casi siempre cuenta una historia que
le ha pasado algo trágico o desafortunado para buscar tu sensibilidad. En ocasiones exhiben valencia para mostrarse
como tu ayudador en tareas que quizás no la pueda realizar por ti solo.
Presentan careta de piedad, sin
embargo, detrás, se encuentra el monstruo bien escondido, que solo la luz lo
puede desenmascarar, son capaces de adaptarse a cualquier situación simplemente
para lograr su cometido. El que hace fraude lo simula tan bien, que finalmente
ellos mismos creen que es verdad, es
decir, caminan encima de un platform tan delgado que piensan que lo va a
sostener por mucho tiempo.
El que suele engañar siempre te
lisonjea para aprovechar el momento de debilidad. Siempre utilizan un traje distinto
para camuflajear su oscuridad, pero si
observa bien en su interior se dejan ver por instante indicios lúgubres de su
maldad proyectada. Pero lo peor de todo
desaparecen por arte de magia cuando finalizan su diestra misión.
En fin, uno nunca sabe cuándo estamos
enfrente de un engañador, siempre
cambian de estrategias para hacer más eficaz sus hazañas, no obstante, alguna de
ella puede fallar y dejarlo al descubierto.
El sentimiento de ser engañado es nefasto y hasta nos provoca reacciones de ira con uno mismo , por que en el fondo nos dejamos llevar poco a poco de esta fuerza peligrosa. Pero lo importante de todo es que engañador va cerrándose puertas hasta que finalmente se encuentra solo en el camino y acorralado.
El sentimiento de ser engañado es nefasto y hasta nos provoca reacciones de ira con uno mismo , por que en el fondo nos dejamos llevar poco a poco de esta fuerza peligrosa. Pero lo importante de todo es que engañador va cerrándose puertas hasta que finalmente se encuentra solo en el camino y acorralado.
Escrito por David Meregildo...
No hay comentarios:
Publicar un comentario